Estas fiestas son para disfrutarlas en familia y que mejor manera de hacerlo que preparando juntos una receta fácil y deliciosa. Una propuesta perfecta para compartirla en la mañana de Navidad junto a un café o chocolate caliente.

Preparar un bizcocho en casa es un acierto asegurado y disfrutar en familia durante su elaboración formará parte de vuestros recuerdos para siempre. Coleccionar momentos de este tipo no tiene precio y ahora que los más pequeños de la casa están de vacaciones es el momento perfecto para disfrutar tiempo de calidad con ellos. 

Juntos podréis descubrir una receta que destaca por su sabor y esponjosidad, además de compartir todos los valores que ofrece la cocina. Este bizcocho de vainilla hará las delicias de mayores y pequeños. Su receta es sencilla, por ello es perfecta para que los pequeños chefs se pongan “manos a la masa”. 

Ingredientes para elaborar un bizcocho de vainilla:

  • Una taza de azúcar (200 gramos)
  • Una taza de leche líquida
  • Dos tazas y media de harina 
  • Cinco huevos
  • Cinco cucharaditas de esencia de vainilla
  • 150 gramos de mantequilla 
  • Una cucharadita de polvo para hornear

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Elaboración de un bizcocho esponjoso:

A continuación, os vamos a contar cómo integrar cada ingrediente para que el resultado sea el de un bizcocho suave y, sobre todo, esponjoso.

El primer paso, será separar las claras y las yemas de los huevos. Para ello, deberemos elegir dos recipientes en los que las reservaremos.

Tras esto, en otro recipiente, mezclamos muy bien la mantequilla con el azúcar. Para que este paso sea más sencillo, os recomendamos tener la mantequilla a temperatura ambiente cuando vayamos a hacer uso de ella. Cuando estén bien integradas, añadiremos las yemas y batimos muy bien.

El siguiente paso será mezclar la harina con los polvos de hornear. Después, añadiremos la mitad de la harina con la ayuda de un colador o tamizador, así como añadiremos la mitad de la leche y batiremos hasta que la mezcla esté perfectamente integrada.

Ahora es el momento de añadir, del mismo modo que hicimos anteriormente, el resto de harina y la leche, así como la esencia de vainilla. Repetiremos el mismo paso de mezclar de manera homogénea todos los ingredientes,

A continuación, vamos a batir las claras de huevo que teníamos reservadas a punto de nieve. Para saber si están en su punto, un truco que seguro divertirá a nuestros pequeños ayudantes, es volcar sobre nuestras cabezas el bol en el que estemos montando las claras. Si estas se mantienen en él, estarán en su punto óptimo. Una vez batidas a punto de nieve las incorporamos a la mezcla de manera envolvente y poco a poco para que el resultado sea mucho más suave y esponjoso. 

Para terminar, vamos a agregar la mezcla a nuestro molde que previamente habremos enharinado. Otro truco es darle unos pequeños golpecitos para quitar el aire y eliminar las burbujas. 

Ha llegado el momento de introducir nuestro bizcocho de vainilla esponjoso en el horno, el cual habremos precalentado a 180ºC, durante unos cuarenta minutos, aunque esto dependerá de cada horno. Para saber si el bizcocho está en su punto óptimo, tendremos que introducir un palito en el centro. Si este sale limpio, nuestro bizcocho estará listo. 

Cuando lo saquemos del horno, lo dejaremos reposar al menos durante 15 minutos antes de desmoldarlo. Antes de servirlo podrás rellenarlo o cubrilo de lo que más te guste, nosotros siempre lo recomendamos con chocolate negro o mermelada casera de frutos rojos. Pero si quieres tomarlo solo también está delicioso. Imagínate disfrutándolo con un buen café o un chocolate a la taza caliente, la merienda perfecta para estos fríos días de invierno. 

Esperamos que disfrutéis de esta receta junto a vuestros seres queridos, las Navidades son para compartirlas con ellos, ¡Felices fiestas!

¡Bon appètit!

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