La vorágine del día a día a veces hace que olvidemos todas las ventajas que puede aportar el dedicar un tiempo a la semana a cocinar en familia. Una actividad que, entre otras cosas, nos hará recordar el cariño y el mimo que nuestras abuelas le dedicaban.

Hoy en día, apenas tenemos tiempo para dedicarle a cocinar, pero es fundamental organizarnos para hacerlo junto a nuestros seres queridos, el esfuerzo merecerá la pena. Las prisas, las intensas jornadas laborales, etc., nos llevan a adoptar hábitos que no son del todo saludables a nivel físico y mental.

Comemos “cualquier cosa” para no restarle tiempo a nuestro trabajo, vamos corriendo a todas partes y apenas disfrutamos del poco tiempo libre que tenemos pensando en todas las tareas que aún nos quedan por hacer. Este ritmo de vida, a la larga, nos pasa factura y es necesario parar y dar prioridad a lo verdaderamente importante, nosotros mismos y aquellos que están a nuestro lado.

Una actividad que puede ayudarnos a reconectar es cocinar en familia, algo que muchos redescubrieron durante el confinamiento. Ahora, que todo va volviendo a la “normalidad” muchos han vuelto a dejar esto a un lado y, por ello, vamos a recordar los beneficios que tiene cocinar en familia o en pareja para, entre otras cosas, reforzar vínculos y mejorar nuestra salud mental y física.

  • Como decíamos, el hacer partícipe a los distintos miembros del núcleo familiar fortalece la relación entre los mismos y fomenta la creatividad
  • En el caso de los más pequeños, les hace adoptar un papel más integrado e importante
  • Es una gran ocasión para trabajar con los más pequeños valores como la implicación, la responsabilidad, etc., lo que fomentará su madurez
  • Nos ayudará a olvidar todo lo que no sea de disfrutar de una jornada de diversión, vivir el momento y crear recuerdos inolvidables para todos
  • Los distintos miembros compartirán ideas e inquietudes y les ayudará a conocerse más entre ellos
  • Fomenta el descubrimiento de nuevos sabores, al involucrarse en el proceso de elaboración es más fácil el atreverse a probar platos y productos que nunca antes habían probado
  • Mejora la autoestima y nos enseña hábitos de vida saludables
  • Ayuda a apreciar el valor del esfuerzo
  • Podemos reforzar valores como el del reciclaje, el aprovechamiento y la importancia de mantener los alimentos en las mejores condiciones para evitar su desperdicio
  • Si cocinamos juntos, también comeremos juntos. Algo fundamental para estrechar el vínculo
  • Es una gran oportunidad para enseñar a los más pequeños seguridad en la cocina e higiene alimentaria
  • Dependiendo la edad de los hijos, también sirve para poner en práctica conocimientos adquiridos en el colegio en asignaturas como matemáticas

Es decir, cocinar en familia no sólo puede ser una actividad divertida, sino que nos ayudará a mejorar y aprender independientemente de la edad que tengamos. Es una gran oportunidad para crear un entorno estimulante y creativo, que nos servirá, además, de entrenamiento emocional.

¿Practicas la cocina en familia? ¡Comparte tu experiencia en comentarios!

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