Reciclar y contribuir con el planeta es un proceso que comienza en nosotros mismos, en el corazón de nuestro hogar y este no es otro que la cocina. En ella, es donde mayor porcentaje de productos se transforman, donde manipulamos más envases y alimentos y, por tanto, donde generamos más residuos. Reducir, reutilizar y reciclar deben convertirse en nuestras máximas a partir de ahora, tres tareas sencillas que nos ayudarán a poner nuestro granito de arena por un mundo mejor.

El reciclaje es importante no sólo como enemigo del cambio climático sino que ahorra energía, usa menos materias primas, favorece el desarrollo de nuevos productos, genera puestos de trabajo y cuida el medio ambiente. Cómo podemos conseguirlo, por ejemplo, creando en casa nuestra zona destinada al reciclaje, comprando electrodomésticos de bajo consumo o utilizamos fuentes de iluminación también de bajo consumo. Otro tip importante a la hora de reciclar y reducir el consumo de determinados materiales para hacer nuestro hogar mucho más sostenible, sería reducir el uso de plásticos. En el congelador, en vez de bolsas, podemos utilizar recipientes de cristal a la hora de preservar nuestros alimentos. 

Los mejores trucos para reciclar correctamente en nuestra cocina

El aumento de la contaminación, la sobreexplotación del planeta y el crecimiento de la población están afectando negativamente al planeta. El gran reto es la reducción de residuos y en ello podemos contribuir todos y cada uno de nosotros con pequeñas acciones que lograrán grandes resultados. 

A la hora de reciclar correctamente en casa, ¿de verdad sabemos dónde y cómo hemos de deshacernos de cada cosa? ¿Qué se puede reutilizar y que no? Con los siguientes consejos pretendemos que esta sea una tarea mucho más fácil para ti. 

Reduce, reutiliza y recicla: la regla de las tres R

Debemos de ser conscientes de lo importante que es no desperdiciar los alimentos a través de las compras y la cocina responsable, de la necesidad de usar  materiales que podamos reutilizar, etc. Es decir, el punto de partida es reducir nuestros propios residuos ya que lo que no se tira, no contamina y, por tanto, no se recicla. 

La mayoría de nuestros residuos son consecuencias de alimentos estropeados y de la gran cantidad de plásticos que están presentes en nuestra vida. Reducir al máximo la generación de desperdicios y llevar a cabo prácticas más sostenibles es el primer paso. Para ello, podemos comenzar con la reutilización de envases no contaminantes o la compra de productos a granel. 

Reducir nuestros residuos al mínimo es una tarea difícil, por ello, podemos empezar con separar la basura correctamente. En este sentido, es necesario saber lo que estamos separando y donde hemos de depositarlo.Ya sabemos que la cocina es la estancia en la que se generan más residuos. 

En qué contenedor hemos de desechar cada residuo

A cualquiera de nosotros nos pueden surgir dudas a la hora de separar de manera correcta los residuos. Por ejemplo, si un envase reciclable está manchado, en qué contenedor lo debemos tirar. La realidad es que deberíamos limpiarlos para que éstos pudiesen ser reciclados. Si no podemos limpiarlo, como ocurre con el papel, debemos quitarnos la idea de la cabeza de que pueden ir al contenedor azul.Residuos como el papel de cocina o las servilletas sucias, la bolsas de té usadas o el cartón de la pizza, deberá depositarse en los contenedores destinados a los residuos orgánicos.

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Contenedor de residuos orgánicos: el gris con tapa marrón

Hasta no hace mucho tiempo, aquello que no se depositaba en el contenedor amarillo o el azul, se desechaba en el de color gris. Actualmente, son cada vez más los Ayuntamientos que han decidido dar un paso más allá e implementar un sistema de separación de residuos orgánicos con el fin de ser más eficientes y que con ellos pueda generarse energía o desarrollar fertilizantes.

Residuos orgánicos que podemos generar en la cocina:

  • Aquello que desechamos de la fruta, la verdura, la carne, el pescado, el pan, etc. En definitiva, todo aquello que nos haya podido servir de alimento. 
  • Los posos del té (bolsa incluida) o el café
  • Restos de hierbas y plantas
  • Papel o cartón sucio o con residuos
  • Tapones de corcho y palillos, palos de helado, brochetas,etc. 

Envases de plástico y metal, al contenedor amarillo

Para facilitar el proceso de reciclaje, lo ideal sería deshacernos de ellos una vez limpios. Pero, qué va en este contenedor: 

  • Bricks y botellas de plástico, previamente enjuagadas y dobladas
  • Botellas de plástico, bidones y garrafas. Así como los tapones. 
  • Latas y tapones de metal
  • Envases de yogur y sus tapas, así como las tarrinas
  • Envases de quesos, embutidos y comidas preparadas
  • Vajilla de plástico, bandejas de aluminio y poliespán, así como el film transparente o el de aluminio
  • Cajas de madera pequeñas y limpias
  • Bolsas de red de frutas y los fijadores de los packs de latas
  • Bolsas de plásticos

El contenedor azul para papeles y cartones limpios

Aunque parece el más sencillo, su uso no es el adecuado aún en muchos casos. Quizás por desconocimiento o dejadez si echamos un vistazo podemos apreciar a simple vista como no reciclamos los papeles y el cartón debidamente. Qué podemos depositar en él. 

  • Papeles y cartones limpios sin elementos plásticos
  • Hueveras sin restos de huevo
  • Cajas de cereales, galletas, embalajes, etc
  • Bolsas, barquetas y cestas de papel o cartón
  • Papel de cocina, servilletas,… limpios (sobre todo que no lleven aceite)

Solo vidrio en el contenedor verde

El contenedor en el que hacemos más ruido tanto cuando vamos a desechar los recipientes, como cuando lo recoge el personal autorizado. Llegados a este punto, es fundamental que aprendamos a distinguir lo que es cristal y lo que es vidrio, ya que elementos de cristal como copas o vasos, no podemos tirarlas en el contenedor verde, qué es lo que si debemos desechar en él. 

  • Botellas de vidrio de vino, zumo, salsas, etc,
  • Garrafas de vidrio
  • Frascos, vasos de yogur o tarros sin sus tapas

En el caso de los recipientes de vidrio destinados a las conservas, deberemos limpiarlos antes concienzudamente. Aunque también es cierto que, una vez limpios, todos ellos pueden ser reutilizados ya que pueden resultar muy prácticos para guardar otros elementos.

El contenedor de toda la vida, para lo que no tiene lugar en otros

Cuando en nuestra localidad aún no se realiza la separación adecuada, el destinado a los restos es nuestro último recurso cuando no lo tenemos claro. Este contenedor es el gris clásico, el que tiene la tapa naranja. Qué contendría este:

  • Cualquier residuo orgánico con restos de comida y el papel o plástico encerado
  • Chicles, caramelos y demás
  • Estropajos, paños de limpieza, pequeños textiles y plásticos
  • Utensilios de cocina, cubertería, cristalería, cerámica y porcelana
  • Bombillas, cuchillas y menajes de cocina pequeño
  • La suciedad recogida tras limpiar o la arenas de animales domésticos

Qué llevar al punto limpio de nuestra localidad

Algunos residuos que podemos generar en nuestra cocina son más conflictivos y requieren ser llevados a esos puntos fijos o móviles que destinan los ayuntamientos para su recogida. Cuáles son los más frecuentes:

  • Aceites de uso doméstico, limpio y filtrado
  • Cápsulas de café
  • Menaje de cocina, sobre todo los más voluminosos
  • Pequeños y grandes electrodomésticos, así como grandes textiles
  • Pilas y baterías
  • Los escombros de obras y reformas
  • Mecheros y medicamentos

Cómo llevar a la práctica el reciclaje en la cocina

Hoy reciclar es un hábito que está cada vez más extendido. Cuando contamos con una cocina amplia o una terraza en la cocina es más sencilla destinar un espacio para todos los contenedores que necesitaremos para hacer una separación correcta de desechos. Pero, qué sucede cuando nuestra cocina no es lo suficientemente amplia. Que debemos mantener el orden y optimizar el espacio al máximo. Aunque lo parezca hay múltiples alternativas para conseguir ser más eco friendly.

Si prefieres destinar todo tu mobiliario a almacenaje, una solución sencilla sería hacerse con unos cubos de diseño que estén en sintonía con tu cocina. Si estos cuentan con distintos compartimentos será útil para unificar tu central de reciclado. Si bien es cierto que tradicionalmente, lo más común es que esta esté bajo el fregadero. Si no te caben todos los cubos, puedes combinar ambas alternativas.

Otra alternativa menos común es el reciclaje en vertical, muy práctico para ocupar el menor espacio posible. Otra posibilidad para ahorrar espacio, sería colocarlos detrás de la puerta colgados. 

Como alternativa a las anteriores y siempre que tengamos un cajón amplio libre, podemos utilizarlo como estación de reciclaje casero colocando distintos cubos en él. Además de práctica, es una opción discreta. Si no te encaja la idea de los cubos, hay bolsas hechas con materiales reciclados que podríamos destinar para este mismo uso.

Sea como sea el espacio del que dispongas encontrarás la alternativa perfecta para ti. Lo importante es sumarse al cambio y poner nuestro granito de arena para cuidar el medio ambiente.